Mirar la Cali actual produce una mescolanza entre cólera y tristeza; muchos de sus rincones han sido ensuciados por la indiferencia de sus habitantes, quienes se muestran ajenos a la evidente problemática del aumento de la contaminación por basuras. La degradación de la cultura ciudadana caleña, principal causa de la problemática, es evidente.
Para entender la implicación directa de la cultura ciudadana sobre el aumento de la contaminación por basuras, deben conocerse primero ambos términos (que por cierto son algo familiares, pero aún no se les ha dado el significado y respeto que cada uno merece).
Cultura ciudadana es el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común.
La contaminación es la introducción de cualquier contaminante o sustancia al medio ambiente, que puede provocar algún daño o desequilibrio reversible o irreversible en él. Existen diversos tipos de contaminación (auditiva, visual etc.), generados por agentes líquidos, gaseosos y sólidos. Estos últimos constituidos por la basura en sus diversas presentaciones. Es por eso que de aquí en adelante será este contamínate uno de los temas a tratar. Es el más perceptivo para el hombre y cada vez aqueja más el mundo entero y nuestra hermosa ciudad Santiago de Cali. La contaminación por basuras. Este agente desencadena, no solo la más perceptiva contaminación para el hombre: contaminación visual, sino también contaminación del suelo, porque produce microorganismos y animales dañinos; del aire porque produce mal olor y gases tóxicos y del agua porque la ensucia y elimina sustancias toxicas que la hacen no apta para el consumo.
El enlace producido es claro: la contaminación es una acción propia del hombre, generada por la carencia de cultura ciudadana, puesto que viola todo principio y acción generadores de sentido de pertenencia, convivencia y respeto al patrimonio común, fundamentos propios de cultura ciudadana.
Suena irónico todo esto, pues Cali treinta años atrás (aproximadamente), era conocida como la capital del civismo. Esto lo debió precisamente a su cultura ciudadana.
Esta cultura ciudadana se ha venido degradando por la pérdida de educación impartida desde los hogares. Donde pareciera que se ignorara por completo la problemática de nuestra ciudad, pues las acciones tomadas son mínimas o inexistentes. Acciones tan simples como el reciclaje contribuirán a atenuar la problemática, pues más de la mitad de lo que consideramos “basura” es reutilizable o se puede emplear en beneficios propios (abonos orgánicos), sacar la basura en los horarios de recolección establecidos por las diferentes empresas prestadoras del servicio reduciría la basura regada por los perros callejeros y evitaría que personas inescrupulosas se ofrezcan a botar la basura en sitios no establecidos y debido a nuestra necesidad de deshacernos de dicha basura terminemos aceptando (inconsciencia ciudadana).
Otra causa relevante en la pérdida de cultura ciudadana es la actuación del estado en la problemática. Su actuación permisiva permite que se genere más contaminación por basuras en nuestra ciudad. Pues si existiera un estricto control se reduciría notoriamente el índice de contaminación. A pesar de que existen leyes, como las creadas el año pasado, la ley 1259, que entre las acciones castigadas están arrojar basuras desde un vehículo a la calle, lanzar escombros en áreas públicas o poner los desechos fuera de casa en días en que no pase el carro recolector. Todas esas indebidas acciones solemos observarlas a diario… ¿y ocurre algo para evitarlo?, ¿Dónde están los organismos de control del medio ambiente haciendo cumplir dicha ley? El estado es quien debe garantizar la conservación del medio ambiente, mediante la imposición rígida de normas y toma de medidas de cabal cumplimiento. La comunidad debe regirse bajo estas normas, acatarlas mediante la imposición de castigos y penalizaciones, si es que no existe un cumplimiento voluntario dictado por su propia ética y moral.
Además de esto el estado hace poco, en medio de toda una polémica, realizó la liquidación de la antigua empresa recolectora de basuras EMSIRVA, dejando a cargo de la recolección y aseo a las empresas Emas para el oriente; Ciudad Limpia en el centro y Promoambiental en el sur. Estas empresas se ven implicadas también con la pérdida de conciencia ciudadana, generadora del aumento de las basuras en la sucursal del cielo, pues han establecido horarios que poco contribuyen a la resolución de la problemática. Horarios imprecisos de recolección, por ejemplo, estipulan el AM como horario, es decir que la comunidad tiene un intervalo de más de diez horas para sacar la basura para que sea recolectada, tiempo que se presta para que perros callejeros la rieguen y al momento de la recolección ésta no sea recogida nuevamente ni por el ciudadano, ni por los trabajadores de las empresas recolectoras. Ocurre también que constantemente las personas por esta misma imprecisión de horario sacan las basuras después de pasado el carro recolector y dicha situación se presta, como se había expuesto anteriormente, para que personas inescrupulosas se ofrezcan para deshacerse de dicha basura, depositándola en lugares no autorizados. Pareciera que presentaran problemas en su visión. Ven en cada rincón, en cada sendero un basurero a su disposición, haciendo de Cali una ciudad falta de Cultura Ciudadana y afeada por sus propios habitantes.
Yo soy de aquellos a quienes la imaginación domina, de aquellos que recrean y limpian toda suciedad con la vista. Aquel que entra en el juego de construir ciudad con la imaginación. Una ciudad limpia y bonita.
El hombre como ser pensante, debe tomar acciones inmediatas para asegurar su subsistencia y adecuado desarrollo de la mano del medio ambiente, dejar de lado sus deseos caprichosos y dañinos para su entorno; sus acciones inconscientes y poner como prioridad la conservación del medio ambiente, que al fin de cuentas es la conservación misma de la vida. O quizás el hombre no merezca tan privilegiado adjetivo de ser pensante. Sus actos para con el medio ambiente lo contradicen, es por eso que comparto tan sabia frase creada por Albert Einstein: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Mientras existan todas esas acciones indiferentes y propias de un ser irracional y la acción indiferente del caleño, no volveremos a tener esa Cali con la que soñamos, la que tuvimos hace unos años. La limpieza de Cali es deber de todos.
Para entender la implicación directa de la cultura ciudadana sobre el aumento de la contaminación por basuras, deben conocerse primero ambos términos (que por cierto son algo familiares, pero aún no se les ha dado el significado y respeto que cada uno merece).
Cultura ciudadana es el conjunto de costumbres, acciones y reglas mínimas compartidas que generan sentido de pertenencia, facilitan la convivencia urbana y conducen al respeto del patrimonio común.
La contaminación es la introducción de cualquier contaminante o sustancia al medio ambiente, que puede provocar algún daño o desequilibrio reversible o irreversible en él. Existen diversos tipos de contaminación (auditiva, visual etc.), generados por agentes líquidos, gaseosos y sólidos. Estos últimos constituidos por la basura en sus diversas presentaciones. Es por eso que de aquí en adelante será este contamínate uno de los temas a tratar. Es el más perceptivo para el hombre y cada vez aqueja más el mundo entero y nuestra hermosa ciudad Santiago de Cali. La contaminación por basuras. Este agente desencadena, no solo la más perceptiva contaminación para el hombre: contaminación visual, sino también contaminación del suelo, porque produce microorganismos y animales dañinos; del aire porque produce mal olor y gases tóxicos y del agua porque la ensucia y elimina sustancias toxicas que la hacen no apta para el consumo.
El enlace producido es claro: la contaminación es una acción propia del hombre, generada por la carencia de cultura ciudadana, puesto que viola todo principio y acción generadores de sentido de pertenencia, convivencia y respeto al patrimonio común, fundamentos propios de cultura ciudadana.
Suena irónico todo esto, pues Cali treinta años atrás (aproximadamente), era conocida como la capital del civismo. Esto lo debió precisamente a su cultura ciudadana.
Esta cultura ciudadana se ha venido degradando por la pérdida de educación impartida desde los hogares. Donde pareciera que se ignorara por completo la problemática de nuestra ciudad, pues las acciones tomadas son mínimas o inexistentes. Acciones tan simples como el reciclaje contribuirán a atenuar la problemática, pues más de la mitad de lo que consideramos “basura” es reutilizable o se puede emplear en beneficios propios (abonos orgánicos), sacar la basura en los horarios de recolección establecidos por las diferentes empresas prestadoras del servicio reduciría la basura regada por los perros callejeros y evitaría que personas inescrupulosas se ofrezcan a botar la basura en sitios no establecidos y debido a nuestra necesidad de deshacernos de dicha basura terminemos aceptando (inconsciencia ciudadana).
Otra causa relevante en la pérdida de cultura ciudadana es la actuación del estado en la problemática. Su actuación permisiva permite que se genere más contaminación por basuras en nuestra ciudad. Pues si existiera un estricto control se reduciría notoriamente el índice de contaminación. A pesar de que existen leyes, como las creadas el año pasado, la ley 1259, que entre las acciones castigadas están arrojar basuras desde un vehículo a la calle, lanzar escombros en áreas públicas o poner los desechos fuera de casa en días en que no pase el carro recolector. Todas esas indebidas acciones solemos observarlas a diario… ¿y ocurre algo para evitarlo?, ¿Dónde están los organismos de control del medio ambiente haciendo cumplir dicha ley? El estado es quien debe garantizar la conservación del medio ambiente, mediante la imposición rígida de normas y toma de medidas de cabal cumplimiento. La comunidad debe regirse bajo estas normas, acatarlas mediante la imposición de castigos y penalizaciones, si es que no existe un cumplimiento voluntario dictado por su propia ética y moral.
Además de esto el estado hace poco, en medio de toda una polémica, realizó la liquidación de la antigua empresa recolectora de basuras EMSIRVA, dejando a cargo de la recolección y aseo a las empresas Emas para el oriente; Ciudad Limpia en el centro y Promoambiental en el sur. Estas empresas se ven implicadas también con la pérdida de conciencia ciudadana, generadora del aumento de las basuras en la sucursal del cielo, pues han establecido horarios que poco contribuyen a la resolución de la problemática. Horarios imprecisos de recolección, por ejemplo, estipulan el AM como horario, es decir que la comunidad tiene un intervalo de más de diez horas para sacar la basura para que sea recolectada, tiempo que se presta para que perros callejeros la rieguen y al momento de la recolección ésta no sea recogida nuevamente ni por el ciudadano, ni por los trabajadores de las empresas recolectoras. Ocurre también que constantemente las personas por esta misma imprecisión de horario sacan las basuras después de pasado el carro recolector y dicha situación se presta, como se había expuesto anteriormente, para que personas inescrupulosas se ofrezcan para deshacerse de dicha basura, depositándola en lugares no autorizados. Pareciera que presentaran problemas en su visión. Ven en cada rincón, en cada sendero un basurero a su disposición, haciendo de Cali una ciudad falta de Cultura Ciudadana y afeada por sus propios habitantes.
Yo soy de aquellos a quienes la imaginación domina, de aquellos que recrean y limpian toda suciedad con la vista. Aquel que entra en el juego de construir ciudad con la imaginación. Una ciudad limpia y bonita.
El hombre como ser pensante, debe tomar acciones inmediatas para asegurar su subsistencia y adecuado desarrollo de la mano del medio ambiente, dejar de lado sus deseos caprichosos y dañinos para su entorno; sus acciones inconscientes y poner como prioridad la conservación del medio ambiente, que al fin de cuentas es la conservación misma de la vida. O quizás el hombre no merezca tan privilegiado adjetivo de ser pensante. Sus actos para con el medio ambiente lo contradicen, es por eso que comparto tan sabia frase creada por Albert Einstein: Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Mientras existan todas esas acciones indiferentes y propias de un ser irracional y la acción indiferente del caleño, no volveremos a tener esa Cali con la que soñamos, la que tuvimos hace unos años. La limpieza de Cali es deber de todos.
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